Timeman/El rincón de Eric - Octubre 2015
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Saludos nuevamente en esta nueva entrega de este nuevo mes de este nuevo momento de esta nueva gilipuertéz.
Hoy trataremos un tema que tenemos todos muy interiorizado pero que puede que nunca os hayáis planteado, y es… ¿qué es lo que nos da más placer al jugar a Smash?
Obviamente esto es lo más subjetivo que puede existir (creo que incluso más que los personajes favoritos de cada uno), por lo que no os toméis esto como verdad absoluta e inamovible aplicable para todo quisque. Así pues… ¿comenzamos? (nota, me ahorraré el “ganar asecas”. Eso no cuenta na’ XD).
Para poner los ejemplos más “gráficos” pondré una situación que representa el porqué de cada punto.
10. Ganar un combate en tu escenario favorito
Bien, sabemos lo que se siente entrar en el tema de escenarios aleatorios, y que en la cuenta atrás veamos que tus plegarias han sido escuchadas y ha tocado tu escenario favorito, el que mejor conoces y en el que más posibilidades tienes de ganar. Lo das todo en el combate y, tal como querías y esperabas, sales vencedor del combate, con la satisfacción del deber cumplido (y de haber pasado la mano por la cara a tus adversarios).
9. Ganar un combate con tu personaje favorito
Obviamente. Tu personaje favorito en el juego suele (ojo, SUELE, no ES :v) ser el que mejor controlas, y con el que más disfrutas moviéndote y combatiendo. Atacas con ataques que te gustan y cuando le quitas una vida a alguien con uno de tus movimientos también favoritos (suele ser así, pero también puede no serlo :v) suele ser de un alto grado de satisfacción.
8. (Combine Vd. los dos anteriores puntos)
Pos eso :v.
7. Ganar a alguien mejor que tú
Llevas una racha de 3063 derrotas y ninguna victoria (por aquí suele ser por culpa de Dante, AKA Luigi Rojo XD) y ya estás hasta las narices del vecino del quinto de perder todo el rato por paliza de las gordas. Sin embargo, en la partida 3064 ves que tu oponente no es tan eficaz como en los anteriores 3063 combates y decides contraatacar con todas tus fuerzas y tu desesperación y, sorprendentemente, logras vencerlo. El gustirrín que te queda en el body es de los que crean libros Best-sellers XD.
6. Ganar en el último momento / segundo
Llevas todo el combate de mal en peor, que no atinas ni una buena oportunidad. Estás a punto de perder pero, inesperadamente, algo hace que en menos de lo que canta un Cuco se dé la vuelta a la tortilla y te encuentres con la pantalla de resultados con tu personaje ocupando la primera posición. Si bien en los primeros instantes de que esto suceda estás más aturdido que contento (pensamientos que cruzan por la cabeza suelen ser: “¿Qué porras acaba de pasar?”, “¿Cómo lo he hecho?”, “¿Habrá macarrones para comer?”), cuando tomas consciencias de los hechos (aunque a veces ni sepas el cómo ni el porqué de la victoria XD) te pones a dar saltos de alegría.
5. Ganar por la chulería del rival
Os queda una vida tanto a ti como a tu oponente. Tu rival te mete una hostia del siglo y casi consigue sacarte del escenario, pero te lanza tan lejos que, sean cuales sean tus habilidades de recuperación (sí, pongamos que incluso siendo Pit, Diddy Kong o Estela XD), es imposible regresar a la plataforma y tu “sentencia de muerte” parece estar ya firmada. Entonces, el rival, con to’l ego hinchado como una atracción cutre de barrio en fiestas, se lanza al abismo a pitorrearse de ti pegándote un último golpe porque considera que tu noqueo no sería lo suficientemente humillante, pero, por un acto divino o simplemente porque tu rival es un pato de agárrate y no te menees, el tipo falla su golpe y acaba muriendo antes que tú y te cede la victoria. Tú te quedas a cuadros, pero tu rival no podrá dormir de rabia por una semana (o 10 minutos :v).
4. Smash meteórico / Spike
Todo el mundo conoce esa magnífica sensación que todo quisque recibe cuando intercepta un intento de recuperación y lo frustras de la forma más cruel y maquiavélica posible (o no… si así fuera estaría en la primera posición XD). Es un placer desproporcionado el poder ver cómo el oponente se va directo p’abajo a la velocidad del sonido sin que este pueda hacer nada para remediarlo (a no ser que lo hayas hecho cuando tenía 0% de daño, entonces considérate tonto si tenías esperanza (excepto si lo haces contra Little Mac XD)).
3. Gancho de fuego / Puñetazo del hechicero
¿Quién no conoce la satisfacción (o sufrimiento si lo recibes :v) extrema al enganchar a tu oponente con este lento pero poderoso (lentísimo pero poderosísimo para el segundo caso XD) ataque capaz de eliminar de la faz del escenario al más pintado con relativamente poco porcentaje acumulado (por el otro, obviamente). Y si aciertas uno en reverso y en el aire, flipas en tecnicolor, blanco y negro, sepia, negativo y ultravioleta.
2. Disrespect
Ok, esta es una forma de ganar de cabritos, pero hay que reconocer que el gustazo que hace es digno del Cielo (o del Infierno, mejor dicho :v). Si no eres el pato del punto 5, te lanzas teniendo activado el modo kamikaze viendo cómo tu rival malgasta todos sus esfuerzos intentando llegar al escenario aun sabiendo que haga lo que haga le es imposible. Entonces le atinas un golpetazo de gracia (si bien un caso 3 en reverso es gratificante si tiene un porcentaje alto, creo que, dadas las condiciones, un punto 4 es más satisfactorio) que lo envía a Pekín y le dejas a la altura del betún.
1. Ganoncidio
Placer sólo al alcance de los ProGanons. Tienes acumulado más de un 200% de daño y ambos (tú y el rival) tenéis vuestra última vida (el rival habiendo perdido su penúltima vida segundos antes), y, de un golpe, te manda a tomar por saco. Sin embargo, dado que pesas así como dos Gotzillas, no consigue eliminarte, e intentas regresar como puedes. Cuando estás cerca de lograr tu meta, el oponente se dirige hacia a ti con perversas intenciones, pero justo en el borde realizas un Estrangulamiento (movimiento especial lateral. ¡Leñes, que deberíais saberlo!) para finiquitar tu recuperación satisfactoriamente, aunque el rival ya está cargando un ataque para acabar contigo definitivamente. Entonces, dando gracias a los Cielos, a las Diosas de Hyrule o al camión de la basura (según las creencias de la gente), agarras al rival y, encontrándose este en un estado de total y completa indefensión y estando a tu absoluta merced, tiras la palanca de control hacia atrás con saña y mala leche y lo arrastras hacia la línea límite, deleitándote de cada milésima de segundo que avanzas hacia una victoria asegurada al 100%. Y cuando el rival cruza la línea límite y pierde su última vida para galardonarte con la victoria, una explosión de éxtasis estalla en tu cerebro (la felicidad, unida con el alivio extremo, es una combinación de positividad explosiva para tus neuronas).
Despedida
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